miércoles, 2 de mayo de 2007

La Gran Final: 10 Razones para ser campeón


Eduardo Castiglione. para Clarin.
ecastiglione@clarin.com

El Viejo León volvió a gritar campeón. Para llegar a una conquista que conmovió a la capital bonaerense engarzó aciertos individuales y grupales, la enorme jerarquía de Verón, un trabajo encabezado por Simeone que no supo de claudicaciones y la dosis de liga que nunca viene mal. Desde el cielo cae una sonrisa de Osvaldo Zubeldía. ¡Salud, campeón!


1 Por Juan Sebastián Verón


La Brujita volvió de Europa para tocar el cielo con las manos. Jugó con todas las hinchadas en contra, llevó en su mochila esa condena popular que los persigue desde el Mundial 2002 y se sobrepuso a la mayoría de las dificultades que se le presentaron en los partidos. Desde su pegada y la máquina de interpretar el juego que lleva en su cabeza fue el conductor —otro ayudante de campo de Simeone— en la cancha.


2 Por Diego Pablo Simeone


¡Cholo, viejo nomás! Con la frescura de un oficio nuevo, el de entrenador, mostró un pulso en situaciones de turbulencia deportiva como para seguir observando con atención. Por supuesto que adhiere al pico y pala que lo caracterizó como futbolista, pero mostró desenfado y ojos clínicos para tomar decisiones en medio de los partidos. Ayer, fue clave el ingreso del Chino Benítez por Galván.


3 Por lo que bancaron los grandes


Tipos hechos y derechos como el Tano Ortiz y Agustín Alayes en el fondo, un pulpo generoso y productivo —y ojo que terminó jugando muy bien— como el Chapu Braña y por ese veteranísimo que parece cumplir años para atrás como José Luis Calderón (ya cumplió 36), la guardia vieja del Pincha no reculó y sostuvo la causa hasta cuando la mano vino cambiada.


4 Por la fidelidad de su gente


Y si no me tienen fe
era la frase de cabecera de aquel impar pai trucho que magistralmente encarnó el Negro Olmedo. Bueno: la gente de Estudiantes le tuvo siempre toneladas de fe a este equipo. Desde el debut victorioso en la cancha de Quilmes hasta en el mano a mano contra la hinchada de Boca. Y ni hablar de la peregrinación al estadio municipal de La Plata del domingo pasado.


5 Por Pavone, un goleador devastador


El Tanque metió 11 goles en 20 partidos, buena cifra para cualquier goleador que se considere certero. Pero sería un enorme desconcepto hablar de Mariano y calificarlo sólo de definidor. Porque él es un delantero con todas las letras. Resulta conmovedor, también, cómo entrega sus riñones para bancar la pelota de espaldas al arco. Le esperan dos desafíos: Europa y la Selección.


6 Por el piberío, que creció


Algunos, de atrevidos nomás, se animaron a decir "ese Sosita juega bien, pero es más frío que un revólver". Ojalá que los gélidos aparezcan siempre como José Sosa en el tiro libre del 1-1. Seguirá creciendo porque la estabilidad emocional no tiene fecha de vencimiento. Y el correntino Saucedo (volante categoría 85) más el cordobés Piatti ( un multifunción ofensivo del 89).


7 Por las manos de Andújar


Es de manual —salvo la excepción de la regla— que un equipo campeón debe tener un arquero con las manos bien puestas. Andújar hizo eso: en un equipo seguro no mandó para adentro ninguna de las fáciles, se equivocó poco y nada con las comunes y salvó un par largo de esas que si van al fondo del arco nadie dice nada. Se tuvo que parar en el arco cuando Herrera no aceptó ser su suplente y se fue del club.


8 El equipo fue sólido y solidario


Salvo Verón, el toque de distinción del plantel, la suma del total pesó más que lo que daría poner en la balanza a las individualidades. Desde un esquema base de 4-4-2, a veces jugó con un solo punta cuando Calderón retrocedió a buscar la pelota y en ocasiones, como ante Arsenal, juntó en ataque a Pavone, Lugüercio, Maggiolo y Caldera. Desde afuera pareció que los generales fueron tropa cuando hizo falta.


9 No le faltó suerte, que vale y ayuda


Ni después de la tercera botella de champán —y hablando seriamente a pesar de la burbujeante infusión— se podía creer que Boca perdería los seis puntos ante Belgrano y Lanús, con cierre en la Bombonera incluido. Y nada de lavarse las manos con que esto es fútbol y nunca se sabe. El título que se le cayó a Boca será histórico y el Pincha aprovechó hasta las migas.


10 Porque al final, fue justicia


Ojalá que al fútbol argentino le haga bien que no haya prosperado el objetivo final del capítulo negro que protagonizaron hinchas, dirigentes y jugadores de Gimnasia y Esgrima La Plata y que colateralmente benefició a Boca. Que el campeón del Apertura haya sido Estudiantes, en partido desempate, abre una ventanita para ver que no todo está podrido de modo terminal.



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